martes, octubre 10, 2006

El amor por la tragedia...

Esta obra está inspirada en algunas tragedias antiguas: La Orestíada, de Esquilo; Electra, de Sófocles; Ifigenia en Aulide, Ifigenia en Táuride, Electra, Orestes, de Eurípides. La intención fue hablar de una familia y no de un texto. Pertenece a la saga trágica: esta saga no significa que yo crea que escribo tragedias, sino que uso resonancias, ejes, patrones del género y, sobre todo, que comparto el amor que tenían los griegos por sus palabras (ellos las llaman "nombres") y la decisión de distribuirlas como cuerdas en un arco tenso.
Entre el hombre y los dioses, entre las palabras y las cosas, entre una persona y otra, hay una distancia que la tragedia empieza a intuir (sin poder todavía hacerla concepto) en la que es posible el espacio y el tiempo. En esa intuición, se despliega eso que define a la tragedia: un conflicto en toda su dificultad y en toda su belleza.

... y por todo lo que ella implica.

"Ifigenia en" es, mi relación con mi biografía (un lugar de habla), mi fe en la Naturaleza, el amor, el mito (la palabra - la historia intervenida por la ficción). Ese "en", palabra final del título, no solo es un juego con los originales (Ifigenia en Aulide, Ifigenia en Táuride) y una referencia concreta a lo que pasa en la obra, sino también, una falla, un lugar no completo para que todo lo que no conozco, ojalá, advenga. Ojalá quiere decir "y quiera Dios". (Hablando de tragedia, ese Dios, cabe). Ojalá, más de esas cosas como la música de Pablo, los dibujos de mi hermana y la animación que les dio Alberto, lo que sucede entre los actores cada ensayo-función, y la lluvia que no para de opinar.
Agustina
"Los mortales habitan en la medida en que reciben el cielo como cielo. Dejan al sol y a la luna seguir su viaje; a las estrellas su ruta; a las estaciones del año, su bendición y su injuria; no hacen de la noche día ni del día una carrera sin reposo." Cita aportada por nuestra arquitecta-escenógrafa, Anabella Gatto. Pertenece a Martin Heidegger (polémico artículo en el que habla del habitar, y bello).

La música

"El primer vals" es una canción de Pablo Dacal, está en el disco "13 grandes éxitos" (Pablo Dacal y la Orquesta de Salón). Cuando la escuché, me conmovió tanto! Y sentí que hablaba de la obra - otorgándole luz -. La habré escuchado unas 50 veces, y lo sigo haciendo. Me parece, como mínimo, hermosa. Ahí va la letra. Eramos dos y la noche al fin / Flotando en nuestro balcón/ Voy a beber la razón de ser / Dentro del cuerpo hay un secreto/ Eramos puro poder fatal/ Tomando todo a la risa/ Es un buen tiempo si puedo mirar / Se que no hay nada, sólo quiero poder sonreír / Muy aburridos de andar atrás/ Éramos dos y un disfraz/ Siempre con la libertad de decir/ “Voy a salir a buscarme / Voy a buscarte en mi casa/ Voy a encontrar el camino que guarde / Alguna mañana de sol en mi casa” / Soy dependiente de ir y violar la voluntad de gozar/ Hoy necesito una dama fugaz/ Guardo princesas, abandonadas/ Desordenado al hablar de mí / Quiero dejar de pensar/ Siempre con la libertad de decir / “Voy a salir a buscarme/ Voy a buscarte en mi casa / Voy a encontrar el camino que guarde/ Alguna mañana de sol en mi casa”

Ensayo del 11-10-06

La Documentalista tirada en el piso (y tentada) en una escena que ya no está más.
(¿Esto es un guiño de autor?)
La Madre (a la documentalista que la filma): Y ahora... me vas a explicar cómo tengo que hablar de mi hija, vas a decir que la carta la escribió gracias a vos, que 'el texto' es tuyo?