martes, octubre 10, 2006

El amor por la tragedia...

Esta obra está inspirada en algunas tragedias antiguas: La Orestíada, de Esquilo; Electra, de Sófocles; Ifigenia en Aulide, Ifigenia en Táuride, Electra, Orestes, de Eurípides. La intención fue hablar de una familia y no de un texto. Pertenece a la saga trágica: esta saga no significa que yo crea que escribo tragedias, sino que uso resonancias, ejes, patrones del género y, sobre todo, que comparto el amor que tenían los griegos por sus palabras (ellos las llaman "nombres") y la decisión de distribuirlas como cuerdas en un arco tenso.
Entre el hombre y los dioses, entre las palabras y las cosas, entre una persona y otra, hay una distancia que la tragedia empieza a intuir (sin poder todavía hacerla concepto) en la que es posible el espacio y el tiempo. En esa intuición, se despliega eso que define a la tragedia: un conflicto en toda su dificultad y en toda su belleza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La vi, me encantó! Muy buenas actuaciones.

PD: la música es hermosa!

Anónimo dijo...

El texto es bellísimo... la música, los dibujos, la obra!!
Agradezco la sensibilidad.
Lo mejor para el año próximo!

Alejandro